lunes, 11 de agosto de 2014

Guía de instalación de Linux para gente corriente


En un artículo que escribí hace ya varios meses sobre Linux prometí hacer una guía sencilla de instalación. Como lo prometido es deuda, hoy voy a explicar cómo instalar una distribución de Linux. No os asustéis si el artículo parece largo, he preferido dar bastantes detalles para hacerlo asequible y desterrar de una vez ese mito que dice que instalar o manejar Linux es difícil. Si seguís los pasos, veréis que instalar Linux es coser y cantar (y que es, de hecho, más fácil que instalar Windows).

La distribución que he escogido es Ubuntu GNOME. Ubuntu GNOME es un "sabor" oficial de Ubuntu, lo cual quiere decir que se beneficia del soporte oficial de Canonical, y que es ofrecido en la misma web de Ubuntu junto con otros sabores como Lubuntu o Xubuntu. ¿Por qué he escogido esta distribución? Básicamente, porque es la que uso yo, y puedo garantizar que es muy estable y fácil de usar. La interfaz de GNOME 3 me parece la más bonita de todas las que he usado hasta el momento, centrada en la eficiencia y el diseño en vez de en tratar de imitar la interfaz tipo Windows como hacen tantas otras distribuciones de Linux.

Instalar Linux: configuración de particiones

En este artículo explico como configurar las particiones de nuestro disco duro, dentro del proceso de instalación de GNU/Linux (aquí tomo como ejemplo Ubuntu GNOME, pero lo que menciono aquí vale para la mayoría de instalaciones de distribuciones modernas). Esto tiene como objetivo tener varios sistemas operativos (SO) instalados en el mismo disco duro (en este ejemplo, Ubuntu GNOME y Windows) de forma que cada vez que encendamos el ordenador podamos elegir arrancar uno u otro, según nuestras necesidades en ese momento.

Este artículo está encapsulado en el artículo de instalación de Linux, en el que se describe todo el proceso. Esta parte de la instalación la pongo en un post aparte ya que el instalador de Ubuntu ofrece la opción de instalar automáticamente el sistema sin reemplazar Windows, siendo la opción de configurar las particiones manualmente para usuarios un poco más avanzados (o, mejor dicho, más valientes, ya que los pasos que describo aquí no tienen complicación alguna, más allá del respeto que provoca toquetear el disco duro y el miedo de borrar nuestros datos) que quieren un control mayor de cómo ha de quedar repartido su disco duro.