miércoles, 19 de marzo de 2014

Sí, estoy politizado ¿y qué?

Siempre me ha sorprendido el uso peyorativo o recriminatorio que tienen las palabras "politizar" o "politizado". La última vez que pensé sobre ello fue al día siguiente de la Gala de los Goya de este año, que fue cuando se me ocurrió escribir esta entrada. Ese día, los periódicos de la ya ampliamente llamada "caverna mediática" se llenaron de artículos de opinión criticando a "los de la ceja" como ellos llaman a los actores españoles. Sirva de muestra la portada del ABC que mostramos más abajo, con el titular «Otros Goya politizados: Javier Bardem llama a Wert "ministro de anticultura" y el presidente de la Academia presenta una lista de reclamaciones al Gobierno»

¿Por qué criticaban los columnistas a estos actores (como hacen año tras año, por otra parte)? ¿Qué hay de malo en estar politizado o en reclamarle cosas al Gobierno?

Hay dos respuestas a estas preguntas. La primera es que se critica que alguien tenga posición política, ideología, y aproveche su exposición pública para expresarlas. La segunda es aún más obvia: les molesta porque piensan distinto de ellos, porque los "intelectuales" de este país (uso las comillas para no entrar en discusiones de quién se merece el carné de intelectual) son de izquierdas y no de derechas, como por otra parte pasa mayoritariamente en otros países. Por eso nunca vemos titulares del estilo "Otra liturgia politizada" o críticas como "La Iglesia recibe demasiadas subvenciones y lo único que hace es criticar al Gobierno, en países modernos como ____ no se les da nada y hacen mejor las cosas" cada vez que un sacerdote carga con todo el fuego del infierno contra los homosexuales o contra el aborto.

En definitiva, criticar y descalificar al que opina diferente, metiéndose con cosas tan secundarias como las subvenciones que reciben (que por otro lado son mucho menores a las de otros países, más información sobre ésta y otras grandes mentiras) cuando esos mismos medios suelen recibir distintas subvenciones de gobiernos del PP es algo ya típico que ha sido asimilado muy profundamente por la derecha española, cuyo espíritu inquisitorial no ha desaparecido nunca y no nos debería sorprender a estas alturas.

La primera respuesta que apuntaba antes me parece mucho más interesante. Tomar una posición política clara, tener ideología y peor aún, expresarla en público, está muy mal visto en España, se considera incluso de mala educación. Seguro que no soy el único al que le han mirado mal en una comida familiar o una reunión de amigos por sacar a colación algún tema político de actualidad. En parte esta actitud tiene sentido, ya que evita peleas en un ambiente que pretende ser de cordialidad y cariño. Ahí entra otro problema del que ya se ha hablado mucho y del cual no digo nada nuevo, por tanto: pareciera que en España es imposible debatir de política sin exaltarse y entrar en descalificaciones. Ese cliché de "en España la gente es de un partido como de un equipo de fútbol" sigue siendo cierto.
Pero creo que incluso si no se expresa en una reunión de ambiente distendido, tener ideología está mal visto. Si conocemos a alguien abiertamente comunista, o a alguien que milita en UPyD, probablemente no los veamos como gente que ha dejado de lado la apatía y el conformismo y ha decidido trabajar por mejorar su país (aunque sea de forma equivocada) sino como alguien que se ha unido a la casta de ladrones que sólo quiere dinero y un carguito, o como a un loco radical, o como a un esclavo de la manipulación del partido, alguien no independiente como nosotros, personas de bien que confundimos independencia con ignorancia. Esto que digo no se aplica sólo si esa persona manifiestamente politizada es de signo contrario al nuestro: la mayoría de la gente que se considera "progresista" o "de izquierdas" ve con malos ojos a un militante de Izquierda Unida, precisamente porque piensan que le han lavado el cerebro y que la independencia es no tomar partido, permanecer impasible, cuando la independencia no tiene nada que ver con eso.

A donde quiero llegar con todo esto es a una reivindicación de las personas politizadas. La política es el arte de vivir en comunidad, y cualquier persona que busque cómo mejorar su comunidad por la vía política (la única), incluso si es siguiendo una ideología contraria a la mía, merece mi respeto mucho más que aquellos que dicen: "a mí no me gusta que la gente esté tan politizada, yo me mantengo independiente" que a mis ojos no son más que idiotas. Estar politizado, tener ideología, en definitiva, es preocuparse por algo más que de si mismo, buscar nuevas formas de vivir juntos armoniosamente. El que esto esté mal visto en España obedece al pensamiento franquista que tan presente sigue hoy en día según el cual sólo los politicastros como los comunistas y los masones hacen política. Lo importante es ser un hombre de bien y limitarse a llevar el pan a casa, que tan bien resumió su cabecilla el Generalísimo en la famosa frase "Usted haga como yo y no se meta en política".

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